Las patatas fritas con mejillones en escabeche y mahonesa canalla pertenecen al mundo de los aperitivos virales y que realmente pasa el corte, un excelente aperitivo y aquí te enseñamos a prepararlo.
Esta receta no necesita horno ni fuegos, solo ganas de vivir y un poco de dignidad gastronómica. Ideal para un vermú glorioso o para impresionar a tu cuñado sin mover un dedo. La clave: buena patata frita, mejillón con pedigrí y una mahonesa que lo liga todo como si fuera la Rosalía del aperitivo.
Os dejo el seguramente sea el mejor consejo que nos dió el nunca bien ponderado Mariano, las conservas cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio gastronómico.
Dificultad
La mayor dificultad es no zamparse los mejillones antes de emplatar.
Ingredientes
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1 bolsa de patatas fritas de calidad (artesanales o al menos gruesas y crujientes)
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1 lata de mejillones en escabeche (grandes y carnosos, que no parezcan lapas)
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1 huevo
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Aceite de girasol o suave de oliva
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El escabeche de la lata
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Limón o vinagre (opcional, al gusto)
Preparación:
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Haz la mahonesa: bate el huevo, añade el aceite poco a poco y, cuando emulsione, añade el escabeche poco a poco hasta tener una salsa con alma y cuerpo. Si quieres, mete un toque de limón o vinagre.
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Reparte las patatas en una bandeja como si fueran el lecho nupcial del mejillón.
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Echa cucharaditas de la mahonesa de escabeche por encima de las patatas. No te cortes, que esto no es una ensalada detox.
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Coloca los mejillones uno a uno, como si fueran joyas sobre terciopelo crujiente.
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Sirve y alégrate la vida.
Maridaje canalla:
Un vermú rojo, una caña bien tirada o una copita de manzanilla. Que no falte el hielo ni la conversación absurda.
Trucos para bordarla:
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Elige mejillones grandes pero con los pequeños funciona también.
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La mahonesa debe estar a temperatura ambiente, si no emulsiona, empieza de cero y llora un poco.
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Si quieres subir el nivel, añade una pizca de pimentón ahumado o un toque de limón rallado sobre el conjunto
Resumen nutricional:
Grasas buenas, proteínas del mar, carbohidratos crujientes. No es para todos los días, pero para un día especial, es un regalo para el paladar.
¿Por qué esta receta mola tanto?
Porque convierte tres cosas simples en una obra maestra del picoteo. Y porque no requiere ni cocina… solo estilo.
¿Te ha flipado este aperitivo? Pues prueba a hacerlo con berberechos o zamburiñas. Sube la foto, etiqueta a @canallaguide, y… ¡#frenalalorza con estilo!
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